MISTICISMO COPTO

Se hace un gran silencio en nuestro interior ante esta colección de fotografías que reflejan plenamente la conexión con el título. Misticismo: experiencia que refleja la vida interior del hombre ante una realidad misteriosa, un sentimiento de religiosidad profunda por el cual se aspira a una vida totalmente espiritual.

Aquí, esto se ve representado en el trabajo de la experta fotógrafa, con un gran conocimiento para saber penetrar en la idiosincrasia de los pueblos que ha visitado.

El silencio y la reflexión inspiran las fotografías que forman parte de la antología de colores serenos, posturas firmes de la gente que reza. Luces y sombras de los escenarios con que se encuentra, resplandores místicos en los rostros, atentos a las lecturas, cantos, vidas interiores íntimas.

Saber observar antes de captar el instante ha de ser el regalo del fotógrafo que pretende representar la máxima interioridad del hombre, su plegaria y su inicio espiritual.

La autora demuestra esta habilidad para la representación esencial que nos relata en este trabajo. Ha demostrado conocimiento de las situaciones en que se encuentra y, por lo tanto, la preparación adecuada que hace que su obra no tenga defectos ni imprecisiones.

Muchos son los símbolos que aparecen y que están situados con precisión en la secuencia fotográfica, la cruz copta, también llamada cruz ansada, aparece en diversas ocasiones en su apariencia de llave, un signo muy importante para aquellas personas que definen aquel símbolo, la Llave del Nilo, pero aun así el más importante: la Llave de la Vida.

La colección se abre con una visión de una iglesia subterránea, que está tallada en la roca, característica de los templos de la iglesia copta que, el último Negus, llamó la Iglesia del Estado Tawahedo, la referencia en el lenguaje Ge’ez es “El ser que se hizo a sí mismo”. Precisamente en aquella interioridad de la tierra los etíopes intentan identificarse en aquel mismo, para acercarse a su ejemplo ideal, apoyando las manos y la cara en paredes si pulir o en presencia de suntuosos tapices o representaciones valiosas de todo tipo.

La luz es comprensiblemente escasa en estos lugares donde hay muchas dificultades para disparar. Pero lo que nació en aquella brillante penumbra, después transportado a un papel fotográfico, está lleno de luz, por la ordenación adecuada de las pocas cosas representadas, o de muchas, a placer, gracias a una brillante composición fotográfica hecha a conciencia y que la autora supo llevarlo a una sola luz homogénea, la de su proyecto inicial que la llevó a este magnífico trabajo fotográfico.

                                                                                   Carlo Ciappi

CRISTINA GARZONE

 Nació en Matera y vive en Florencia, Italia. Se dedica a la fotografía amateur desde el año 2000.

Es miembro de la Federación Italiana de Asociaciones Fotográficas, FIAF, del Fotoclub “Il Cupolone” de  Florencia i de la Federación Internacional del Arte Fotográfico, FIAP. Es miembro de honor de numerosos clubes fotográficos nacionales e internacionales.

Ha ganado numerosos premios en salones nacionales e internacionales, destacan entre ellos el Gran Premio de la 8ª edición del Salón Emirates de Fotografía en Abu Dhabi donde obtuvo el primer premio entre 8500 autores de 58 países y 36000 fotografías o también fue la mejor autora en el Skylife International Contest organizado por Turkish Airlines entre 3234 autores y 11500 fotografías.

Ha formado parte de numerosos jurados a nivel nacional e internacional.

Su obra se ha expuesto en numerosas salas en Italia pero también en Suiza, Austria, Omán y España.

Se han editado dos libros con su obra, Misticismo Copto i Maria de Bruna.

Ha sido reconocida con la distinción Excelencia de la FIAF, EFIAF, Excelencia FIAP Diamante 2, EFIAP/d2.

El 2020 obtuvo el máximo reconocimiento que otorga la FIAP, Maestro FIAP, MFIAP, siendo la primera fotógrafa y, por ahora única, en obtener este galardón en Italia.

En una entrevista reciente declaró “Lo que siempre me ha gustado fotografiar son las personas, en el entorno que viven, trabajan, estudian, rezan, etc. Para lograr esto necesito abordarlos con paciencia y humildad e intentar establecer una relación amistosa con ellas, que se sientan a gusto en todo momento, procurando captar su mejor expresión, que siempre es la más natural, en su dignidad y nunca en sus tragedias”.

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