Inaugurada el tren del cemento de África márquez

Acto de inauguración

El pasado día 9 de Marzo, se realizó el acto de inauguración de ·el tren del cemento» de África Márquez, que está siendo un gran éxito de público y obteniendo elogios por parte de todos los visitantes.

durante el acto se leyeron unas palabras de la autora que por motivos de salud no pudo estar presente:

Buenas tardes a todos :
No estoy presencialmente aquí con vosotros pero como si estuviera, porque evento
fotográfico que se hace en Asturias, evento que siento mío también.

Quisiera dar las gracias en primer lugar al Hospital Valle del Nalon y a todo su equipo, a la
Federación Asturiana de Fotografía, y también a todos los que forman Asemeyando, que
es mi segunda casa fotográfica y, por supuesto, y muy especialmente, a Luis, Eva, Esther
y Marta.

Hoy nos montamos en el tren del cemento, un tren donde yo me subí hace apenas dos
años, cuando Umesh (el conductor que nos llevaba por India), nos paró en un
descampado donde había una puerta corrompida de metal y me dijo: “Africa entra..”

En aquel momento no sabía dónde entraba, sólo le hice caso y sin preguntar dos veces
entré…

Al principio sólo vi polvo, suciedad y abandono, y mi obsesión al principio era sacar el
paño para limpiar el objetivo….

Seguí caminando sin saber muy bien a dónde me tenia que dirigir, y fue entonces cuando
empecé a descubrir caras que me miraban extrañadas, algunas me sonreían, otras me
ignoraban, algunas se asombraban…. y fué en aquel momento cuando vi qué hacían allí.

Cargaban un tren de cemento, transportaban los sacos de cemento de un lugar a otro en
condiciones lamentables.

No tenían equipos de trabajo, no tenían calzado adecuado, no tenían lugar donde
reunirse, no tenían donde poder comer y no tenían descanso, en definitiva no tenían
nada.

Pero a ellos les daba igual, por apenas 48 rupias indias/día, que sí parece mucho, pero
que son apenas 50 céntimos de euros, ellos estaban allí trabajando de sol a sol.

Respirando polvo y sudor nadie se quejaba, nadie decía una palabra mas alta que otra, el
cansancio les rendía, pero se limitaban a sentarse en el suelo, a atarse las piernas para
poder descansar la espalda, y porque a muchos de ellos le temblaban del peso que
habían sostenido.

A mí nadie me dijo nada, era una mujer en un país donde la mujer no vale nada, pero
nadie me llamo la atención, nadie me preguntó.

Mi cámara se limitó a disparar, a intentar captar lo que hoy se muestra aquí, a intentar
que con la visión de estas fotografías, se llegue a sentir lo que yo sentí allí, a valorar y
entender que no es más feliz quien más tiene.

Espero que os guste.

Muchas gracias.